La laminitis continúa siendo una enfermedad muy grave para el caballo. Para poder llevar una vida funcional, el caballo depende de un aparato de suspensión laminar integro entre sus cascos y las terminaciones de su esqueleto. Cualquier alteración en este ámbito es una emergencia veterinaria.
Con esto no queremos decir que no se estén haciendo progresos en el estudio de la enfermedad, sus causas y tratamientos (incluidas las medidas biomecánicas de soporte y herraje).
Sobre todo en este último aspecto, la colaboración activa entre veterinarios y herradores, y el empleo de nuevas técnicas y materiales, han abierto nuevas perspectivas con éxitos terapéuticos en casos que antes hubieran parecido desesperados. Aun así, para muchos pacientes, beneficiarse de estos progresos tiene limites objetivos en cuanto a gastos y duración de los tratamientos intensivos.
En el último Congreso de Medicina Equina MICEM - Maastricht Holanda en Diciembre del 2004, el profesor Gerhards de Baviera resumía como causas de la laminitis las siguientes:
- enfermedades sistémicas graves,
- algunos tratamientos médicos (triamcinolone),
- sobrecarga mecánica,
- retención placentaria,
- pleuroneumonía, - septicemia,
- pero sobre todo alteraciones gastrointestinales (colitis, diarreas, cólicos) sobrealimentación en prados ricos (en fructanos) y de carbohidratos.
- enfermedades sistémicas graves,
- algunos tratamientos médicos (triamcinolone),
- sobrecarga mecánica,
- retención placentaria,
- pleuroneumonía, - septicemia,
- pero sobre todo alteraciones gastrointestinales (colitis, diarreas, cólicos) sobrealimentación en prados ricos (en fructanos) y de carbohidratos.
Además, se da últimamente cada vez mas importancia a síndromes metabólicos conocidos desde hace mucho tiempo en medicina humana y que tienen que ver con la regulación directa o indirecta de la glucemia, como el síndrome de Cushing (hipercortisolemia) y la insulino-resistencia.
Trasportar estos datos y sacar de ellos recomendaciones prácticas específicas de prevención para los equinos de la península Ibérica es necesariamente un trabajo especulativo para el autor.
Lo que sí se observa (anecdóticamente) es 1) la gran implantación de la enfermedad y sus secuelas entre los caballos en España y Portugal y 2) la tendencia a la sobrealimentación sobre todo en lo que se refiere al P.R.E.
En otros países la causa más frecuente de laminitis es la ingestión de hierba sobre todo rica en fructano, un carbohidrato de reserva (breve) que la hierba de pradera almacena en sus tallos en condiciones de fotosíntesis (sol - luz) y bajas temperaturas, es decir antes de poder utilizarlo para el crecimiento o para almacenarlo como almidón en su sistema radicular.
Aparte de algunas regiones de España (p.e. Asturias) en el resto de la Península Ibérica es más frecuente la alimentación típica de zonas de secano, alfalfa, paja y cebada y /o piensos, con un alto índice de obesidad que, según parece, pueden llevar a síntomas de insulino- resistencia como en el humano.
Un caballo obeso se encuentra en un equilibrio metabólico precario, en el cual basta con muy poco para que se precipite en una crisis de laminitis (además de tener que soportar más carga sobre cada casco debido al peso).
El problema está en que, lo que puede parecer obeso para un observador, puede ser belleza para el propietario, sin olvidar que viendo un caballo todos los días es difícil darse cuenta de los cambios graduales de engorde (sin comentar la propensión de algunos criadores a pensar que “la grasa esconde los defectos”, actitud que debería ser combatida por parte de los jueces de raza).
De todos es conocido el refrán popular “el ojo del amo engorda el caballo”, aunque a veces y a tenor de lo que vemos se podría decir que el “ojo del amo engrasa el caballo”, es decir que los cuidados del directo interesado son los más útiles para alcanzar una óptima “Body Condition Score” (B.C.S.) (puntuación de la condición corporal).