Noticia copiada de la página web del hipódromo, con enlace: http://www.hipodromodelazarzuela.es/noticias-y-prensa/notas-de-prensa/un-gran-premio-epico-que-marcara-la-historia-de-hz
Todavía nadie se explica lo que ocurrió el domingo 30 de junio en el Hipódromo de La Zarzuela. Nadie que no crea en los milagros.
Se disputaba la 78ª edición del Gran Premio de Madrid, la prueba reina del turf español, la carrera más emblemática y relevante de España. Doce caballos, los mejores pura sangres de la distancia, luchaban por el premio más importante y mejor dotado del circuito. Entre ellos estaba Achtung, un caballo de 5 años que no figuraba ni mucho menos entre los favoritos. Las apuestas estaban 40 a 1 en su contra, pero contaba con el corazón de todos los aficionados, de todo el mundo del turf. Cinco horas antes, concretamente a las 15:10 h., su preparador, Roberto López, fallecía en un hospital a causa de una larga enfermedad. Y Achtung ganó. Consiguió el triunfo más increíble que se recuerda en el Gran Premio de Madrid, remontando desde la última posición y superando a uno de los grandes favoritos, Entre Copas, en los últimos cinco metros de la recta final.
Éste era el gran reto de Roberto López, ganar el Gran Premio de Madrid, la carrera con más tradición (la primera edición se remonta a 1919) y prestigio del calendario turfístico. Cualquier propietario espera ansioso ese día para poder lucir sus colores en la pista, todos los jockeys sueñan con ganarla y los preparadores trabajan minuciosamente la estrategia a seguir con sus caballos durante meses. Y los nombres de los ganadores escriben la historia de nuestro Turf con letras de oro.
Roberto López nunca dejó de entrenar a Achtung a pesar de su enfermedad. Desde el pasado abril no pudo dirigir los trabajos de su pupilo desde el Hipódromo, pero lo hizo por teléfono hasta prácticamente una semana antes del Gran Premio de Madrid, hasta que el cáncer le impidió hablar. Porque era su trabajo, pero sobre todo porque era su vida, su sueño. Éste joven entrenador de 42 años llevó la afición en las venas y sólo con mucho esfuerzo y tesón logró hacerse un hueco en el mundo del Turf. No lo tuvo fácil. Cuando era adolescente, su padre fue asesinado por ETA. Después, el cierre del Hipódromo de La Zarzuela en 1996 le obligó a emigrar a Francia, donde continuó formándose como preparador hasta su regreso a España en 2006.
Cuando la noticia de su fallecimiento llegó al Hipódromo de La Zarzuela, nadie entre la familia de aficionados y profesionales de las carreras de caballos podía creerlo. Porque para todos era un amigo, o un compañero, o un profesional al que admirábamos, y la casualidad, o la providencia, decidió llevárselo tan sólo cinco horas de que se disputara la gran carrera. A todos se nos heló el corazón.
Comenzó la tarde y empezamos a realizar nuestro trabajo absolutamente desolados, pero conscientes de que había que continuar. Y a las 19:50 h. llegó el momento del Gran Premio de Madrid, en el que Achtung, con los colores de la Cuadra Enalto y entrenado por Roberto López, salía a la pista entre los doce participantes de esta edición. Todos en nuestro interior pensábamos: “qué bonito sería si ganara…” pero, en verdad, no era la mejor oportunidad para él. Otros tenían opciones mucho más claras, aunque todos sabíamos que ganara quien ganara, la victoria sería para él, para Roberto.
La carrera comenzó tal y como estaba previsto. Entre Copas, a sus 9 años, volvió a demostrar que es un gran caballo y que puede con todo. Tras él peleaban algunos que querían ponérselo difícil, pero Achtung no parecía estar entre ellos. De pronto, en la recta final, el pupilo de Roberto apareció desde los últimos puestos del pelotón como un rayo, progresando tranco a tranco hasta igualarse a Entre Copas. En ese momento, los más de 4.200 aficionados que abarrotábamos las gradas del hipódromo, nos quedamos sin aliento. Era algo inexplicable. Achtung estaba luchando por la victoria “que no le tocaba”. Realmente parecía correr empujado por una fuerza que no sólo era la de su galope o la de las manos de su jockey Marino Gomes.
Cruzó la meta medio cuerpo por delante de Entre Copas y el aplauso fue atronador. Nadie podía esperárselo, pero había sucedido: Achtung había ganado el Gran Premio de Madrid, sólo unas horas después de que su protector y compañero de trabajo hubiera fallecido. ¡Qué espectáculo, qué emoción y qué momentos tan indescriptibles se vivieron en La Zarzuela! Marino Gomes se bajó del caballo absolutamente abatido por el dolor y todo el público, y decimos bien, todo el público, desde sus compañeros de cuadra hasta el último de los aficionados, aplaudimos y lloramos al mismo tiempo. La victoria era de Roberto, no teníamos ninguna duda, él estaba allí… él ganó.
A partir de ahora, el Gran Premio de Madrid 2013 y Roberto López son también leyenda. La leyenda de un grandísimo preparador e inolvidable persona, que consiguió llevar a su caballo a la victoria desafiando no sólo a sus posibilidades, sino incluso a la propia vida.
¡¡¡Gracias Roberto. Enhorabuena campeón!!!
Gracias a Dani y Almu por esta información.
No dejéis de visitar sus blogs.
¡De nada, hombre! Una historia así merecía aparecer en este blog. La verdad es que cuando supimos de ella se nos ponían los pelos como escarpias, de la emoción!
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