miércoles, 19 de septiembre de 2012
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Acoso y derribo
El acoso y derribo es una modalidad taurina espectacular, que ha derivado de una primitiva faena campera, ejercida magistralmente por picadores y, en menor medida, por ganaderos, en una modalidad pseudodeportiva; no obstante, es necesario estar en posesión de una Licencia Deportiva Nacional para tomar parte en las distintas competiciones.
Su tradición, como espectáculo en sí, se remonta al siglo XVIII; de hecho, se puede afirmar que es la suerte que se realiza con toros que menos modificaciones ha sufrido con el paso del tiempo. La suerte del acoso y derribo de ganado tiene su raiz en el manejo del toro a campo abierto y la faena campera del tentadero de machos. En el tentadero a campo abierto es necesario apartar al macho y conducirlo hacia la zona en la que espera, en la soledad del campo, el picador. Los machos no se torean, pero la forma de entrar al caballo y su reacción al sentir la leve puya en su lomo son pistas importante para el ganadero a la hora de seleccionar.
La garrocha que se utiliza en el acoso y derribo debe descubrir de la puya tan sólo una media pulgada, para que apenas pueda servir de empuje a la res sin resbalar sobre la piel, pero sin hacerle más daño, por mucho que sufra varios intentos. Un aspecto fundamental es que los caballos que corren estén bien domados, sean fuertes y ligeros. Deben tener fuerza porque es en realidad el caballo el que transmite el empuje para el derribo, y no el brazo del garrochista, que no hace otra cosa sino sostener la vara; y ligero porque en la velocidad del caballo se libra, precisamente, la violencia del impulso, y con él el éxito de la echada.
Antes de la echada es necesario correr a la res, para que en su carrera final esté ‘templada’ y no descompuesta en una violenta carrera recién iniciada. A todo palo tendido debe procurarse agarrarla en lo más alto y trasero de las ancas, pues es el punto en el que, empujándola, se logra mejor desequilibrar y hacer caer a la res. La velocidad del caballo debe ir atemperándose a la del animal durante el acoso o carrera previa, pero en el momento de consumarse el lance del derribo ha de superarla en mucho.
Los que acosan son siempre dos jinetes, formando la ‘collera’. El que tiene la misión de derribar –entra por el lado derecho del animal- se denomina ‘garrochista’, mientras que su compañero de collera es el ‘amparador’, quien tiene la importante misión de acosar –por el lado izquierdo- a la res instantes antes de la echada para atajar la dirección del animal y hacerla sesgarse ligeramente en su carrera para que el ángulo de empuje del garrochista favorezca el derribo.
Existe una frase hecha en esta faena que encierra la importancia de una buena conjunción de amparador y garrochista y delimita cuáles son sus funciones: ‘Dámela bien amparada que yo te la daré bien derribada’.
En el año 2010, la Real Federación Hípica Española decidió en asamblea dar de baja estas competiciones de su catálogo de disciplinas hípicas.
El acoso y derribo es una modalidad entre deportiva y ganadera que tiene un reglamento propio. El recinto de acoso y derribo consta de los siguientes elementos:
- Rodeo: Corral donde esperan las reses para su acoso y derribo.
- Corredero: Zona de terreno entre el Rodeo y el Cuadrilátero, donde la collera acosa a la res.
- Cuadrilátero o Soltadero: Rectángulo donde se ejecuta el derribo delimitado por cuatro banderas: dos de entradas y dos de salida.
- Corrales o Querencia: Corral de estancia de las reses antes de su traslado al Rodeo y después de ser acosadas.
La situación, dimensiones, características y distancias que deben tener estas partes o elementos son las siguientes:
- El Rodeo se sitúa en un extremo y a la distancia del Soltadero o Cuadrilátero que determine el Comité Organizador, recomendándose como dimensión óptima la de 600 metros.
- El Corredero será lo más llano y libre de obstáculos posibles.
- El Cuadrilátero o Soltadero tendrá una dimensión de 120 metros de largo por 50 metros de ancho y estará delimitado por cuatro banderas, siendo sus lados menores los que dan entrada y salida al recinto.
- Los Corrales o Querencia se disponen en el extremo opuesto al Rodeo y a una distancia de las banderas de salida del Cuadrilátero de 25 metros como mínimo.
La competición de acoso y derribo utiliza una serie de términos técnicos que es conveniente definir:
- Seña: Señal o aviso de los jueces del Cuadrilátero con banderines alzados con garrochas en vertical para que una res pueda salir del Rodeo.
- Por punta: La res situada más cerca de la salida del Rodeo y de más fácil apartado.
- Soltar: Acción de dirigirse a la res para intentar su derribo.
- Solana: Zona de nacimiento del rabo a derecha e izquierda de la res.
- Echada: Acción o suerte de derribar a la res.
- Embroque: Actitud rápida que toma la res manifiestamente cuando se vuelva para embestir.
La determinación de los ganadores de las pruebas de acoso y derribo es fácil y muyobjetivo. La clasificación de las colleras se determina de la siguiente forma:
- El número máximo de echadas es de dos para el ganado bravo y tres para el manso.
- Se considera echada puntuable con tres puntos siempre que la res caiga al suelo apoyando, al menos, la región abdominal. Para puntuar con seis puntos deberá dar la voltereta sobre sí, cayendo primero sobre el costado izquierdo y girar sobre su propio espinazo hasta caer de nuevo sobre el costillar derecho.
- Existen puntos negativos como el marronazo (fallar en la echada. -6), pasar el palo por alto (-1), no sacar la collera del Rodeo conjuntamente de la forma tradicional (-3), derribo antes de llegar al Cuadrilátero (-5), intentar una echada a la salida del Cuadrilátero (-5 y descalificación ante reincidencia), soltar dentro pero caída fuera del Cuadrilátero, o soltar fuera pero caída dentro del Cuadrilátero (-1) y pasar por las banderas del Cuadrilátero sin soltar (-10)
Cada collera dispone de un tiempo máximo de tres minutos desde la salida hasta el Cuadrilátero y otros tres minutos dentro del Cuadrilátero. Se descontará el tiempo que esté la res en el suelo, y en caso de no levantarse, se podrá pedir ayuda al personal que designe el jurado sin que ello influya en la puntuación.